La conspiración de las mantillas
En pocos lugares y en pocas fechas verás una acumulación tal de mantillas por la calle, como en Sevilla un Jueves o Viernes Santo, pero esta no es la conspiración de las mantillas, un hecho que sí existió y que tiene su documentación acreditada.
Esta conspiración de las mantillas fue una forma de protestar de las mujeres españolas frente a las nuevas costumbres extranjeras que parecían querer imponer Amadeo I rey de España, y su esposa Maria Victoria. Tres años después de llegar al trono Amadeo I tuvo que renunciar al trono de España por a la «ingobernabilidad» de los españoles y de las españolas, claro.
Pero más allá de la anécdota que no es casual, lo cierto es que la mantilla es una prenda muy española que se utiliza para muchos eventos, madrina de boda, toros… y cada persona debe llevarla según su propia altura.
Por la parte delantera debe contar con un largo hasta la altura de las manos, y por la parte de atrás, un largo un palmo por debajo de la altura de la cadera.
Hemos leído que los estilistas, recomiendan para que se sujete bien, y con suficiente holgura que se ladee la cabeza al lado izquierdo, y sujetar la mantilla del hombro derecho y después viceversa, es decir, ladear la cabeza hacia la derecha y sujetar entonces la mantilla en el hombro izquierdo.