Ayer estuve de
huelga. No sé si alguien lo notó, pero yo sí hice huelga, yo sí estuve en la manifestación, y como yo unos cuantos de miles en Sevilla y en el resto de los pueblos de la provincia. Pero como hoy vuelvo a trabajar os contaré lo que se vivió.
Durante la madrugada se paralizó al 100%
Mercasevilla, así que por la mañana era difícil encontrar un puesto abierto en cualquiera de los mercados de la capital. Es cierto que los piquetes acabaron de convencer a los que abrieron y la falta de afluencia de compradores hizo el resto.
Antes de que amaneciera también
se paralizaron los autobuses urbanos, solo se permitió la salida de los servicios mínimos, es decir 85 autobuses, de los cuales 15 regresaron a las cocheras al poco tiempo porque se averiaron.
En Casa, Renault (que no están para bromas) o Alestis el paro fue total, los grandes comercios de la ciudad sí se quedaron abiertos, y en el centro era complicado encontrarse con una tienda familiar abierta.
Al mediodía arrancaron
dos manifestaciones simultáneas, la encabezada por CCOO y UGT, muy nutrida, en la que estaba el vicepresidente de la Junta, Diego Valderas (IU), y la de los sindicatos alternativos CGT, CNT y SAT, que también fue muy numerosa. En esta última manifestación hubo un momento de tensión con la Policía cuando pasó por la sede del PP, contra cuya fachada arrojaron pintura roja, recordando los suicidios provocados por los desahucios mientras se oía: No son suicidios, son homicidios.
A las 18 horas hubo
otra manifestación que rodeó el Parlamento andaluz, estaba convocada por los sindicatos alternativos, y además contaba con el apoyo y la presencia del 15-M, el 25-S y el Movimiento contra los Desahucios.