Un Murillo para Santa Rosa

Hoy traemos a las páginas de absolutsevilla.com una curiosa historia sobre un Murillo, su hija y Santa Rosa de Lima, cuyo día se celebra hoy dentro del santoral católico.

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El 15 de abril de 1668 fue canonizada Santa Rosa de Lima, hecho de gran resonancia al ser la primera santa de origen americano. En Sevilla causó un profundo impacto ya que las relaciones con Perú eran muy estrechas gracias a los monjes y monjas dominicos. Angulo considera que la obra estaría relacionada con el ingreso de Francisca María, única hija de Murillo, en el convento dominico de la Madre de Dios durante 1671. La santa aparece en el jardín del convento, en el momento que se le aparece el Niño Jesús, sentándose sobre la labor que realizaba la monja para sustentar a sus ancianos padres. El Niño le ofrece un puñado de rosas al tiempo que la elige como esposa por lo que sale de su boca un letrero en latín que dice: «ROSA CORDIS MEI TV MIHI SPONSA ESTO». Junto al cesto hallamos un libro, posiblemente una de sus lecturas. Al fondo se aprecian las arquitecturas que aluden al edificio conventual, anticipadas por un seto con rosas y un árbol. Una vez más destaca el gesto de la santa, recogiendo el pintor la intimidad contemplativa de Santa Rosa hacia el Niño, consiguiendo Murillo uno de los mejores modelos espirituales de su producción. Posiblemente el pintor sevillano se ha inspirado en una serie de composiciones sobre la santa que realizó el romano Lazzaro Baldi, no directamente sino a través de un grabado de Thiboust. Los especialistas se basan en la similitud del idealizado rostro de la santa con el representado en la estampa. Una luz dorada baña a los dos personajes, creando un espectacular efecto atmosférico que no permite renunciar al naturalismo con el que Murillo detalla la cesta, el libro, el rosario o el hábito de la monja.

Fuente: Artehistoria

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